miércoles, 16 de mayo de 2007

Gaudys Hernandez
C.I: 16.039.366

En el cuerpo de los insectos buscan cura para la sordera

Científicos que tienen como horizonte hallar soluciones a enfermedades auditivas humanas, encontraron claves en una especie de mosca. Mientras, otros exploran los pelos de las patas de los grillos considerados los detectores de ruidos más sensibles que existen en la naturaleza. El objetivo es emular los principios que lo explican para integrarlo al diseño de aparatos correctivos
Su pequeño cuerpo, formado por anillos y recubierto de una sustancia dura llamada quitina, está dividido en tres partes: una cabeza con una boca, dos antenas y ojos simples o compuestos, un tórax con tres pares de patas articuladas y a veces hasta cuatro alas y un abdomen. Poseen un esqueleto exterior y respiran por tubos llamados tráqueas.Representan más de la mitad del millón y medio de especies que conforman la familia del reino animal más numerosa, en la cual se engloban más de las tres cuartas partes de los animales que viven en nuestro planeta. Son los artrópodos, seres invertebrados cuyo cuerpo se halla dividido en segmentos enlazados. Existen unos mil millones de insectos por cada ser humano. Afortunadamente, están de nuestro lado. Y no sólo en un sentido metafórico, ya que algunas especies de estos diminutos vecinos de seis patas son unos valiosos aliados de la investigación.Científicos holandeses han logrado imitar los vellos de los grillos, considerados los detectores de ruido más sensibles de la naturaleza. Esperan que esto los ayude a descifrar el modo en que esos insectos perciben lo que les rodea y les sirva para diseñar implantes cocleares, con forma de espiral, a ser usados por personas sordas.Físicos de la Universidad de Twente, en Holanda, han hecho una réplica de los sistemas de las terminaciones capilares, llamadas “cerci” en los grillos, capaces de detectar las más pequeñas fluctuaciones en las corrientes de aire causadas por el aleteo de una avispa o el ataque de una araña.Según los estudiosos neerlandeses, "estos sensores son el primer paso hacia una variedad de aplicaciones importantes y hacia una mayor exploración científica"."Su tamaño pequeño y su ínfimo consumo de energía hacen que sean excelentes para aplicarlos en grandes redes sensoriales. Podrían utilizarse para visualizar el flujo de aire en el fuselaje de un avión", añaden los expertos. Ellos creen que estas estructuras podrían funcionar como plataforma para fabricar vellos que operen en fluidos como los del oído interno de los mamíferos.Grillos y moscasPero los grillos no son los únicos insectos que podrían ayudarnos a oír mejor. Otros científicos, en este caso canadienses, han comprobado que una variedad de moscas con un sofisticado aparato auditivo podrán ser muy útiles para idear equipos contra la sordera humana.Según los investigadores, la mayoría de las moscas no tienen oído, pero la parasitaria Ormia ochracea, posee un sofisticado aparato de audición tan sensible que es capaz de detectar la dirección del sonido en una amplitud de dos grados.Protección ante las abejasEn Australia, un equipo de investigación integrado por ingenieros de las universidades Griffith, ubicadas en las ciudades Brisbane, Monash y Clayton, han logrado programar el comportamiento de robots para que imiten el de las abejas, dejando una huella olfativa en los lugares por donde pasan. Actúan del mismo modo que los insectos que "marcan" con sus compuestos químicos las flores donde se han posado y libado, para no perder tiempo en volver a visitarlas. La utilidad de esta investigación estriba en el hecho de que ese sistema permitirá crear un robot podrá señalar la presencia de sustancias peligrosas en un área de una empresa para advertir a los trabajadores.La visión de la langosta es útil radar anticolisiónUna investigación efectuada en la Universidad de Toronto, Canadá, y publicada en la revista Nature ha descubierto que no sólo algún tipo de lechuza, gatos y humanos poseen un oído direccional.La mosca Ormia tiene también esta capacidad y la emplea para detectar a los grillos, a los cuales les implanta sus larvas. El oído de la mosca ha inspirado el desarrollo de nuevas tecnologías de audición direccional, más pequeñas y versátiles, las cuales permitirán, a quienes tengan una deficiencia auditiva, descifrar lo que dice una persona en una multitud. "El aparato auditivo de las moscas es notable si se tiene en cuenta que sus oídos están tan cerca, que la escucha direccional sería imposible en un animal", ha explicado el profesor de zoología y encargado del proyecto canadiense, Andrew Mason.Investigación profundaInvestigadores de las universidades de Oxford y Cambridge, en el Reino Unido, estudian las células nerviosas del sistema visual de las langostas, que evita que choquen entre sí, con miras al diseño de sensores anticolisión para sistemas de transporte y al control de los devastadores ataques de estos insectos. Cuando el alimento escasea y las condiciones meteorológicas son adecuadas, las langostas dejan su habitual existencia solitaria y forman enormes enjambres que devastan las cosechas. Los expertos han descubierto además que sus detectores pueden prever con exactitud la posibilidad de choque en vuelo, aunque el insecto se encuentre rodeado de muchos otros en un enjambre. Pero ese mismo sistema deja de responder a los estímulos cuando la langosta está sola y rodeada de uno o dos objetos. Entender por qué las langostas solitarias se convierten en gregarias puede ayudar a evitar que se formen enjambres devastadores, y comprender la plasticidad de su sistema visual serviría de ayuda para diseñar sensores de visión artificial que funcionen de modo distinto cuando cambien las circunstancias ambientales.

No hay comentarios: