miércoles, 16 de mayo de 2007

Sanchez Maria
C.I: 15.234.441

Insectos y Ciencia - Completan el genoma de la abeja melífera

TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Hymenoptera, Apidae, Apis mellifera
Con un mapa del código genético completo de la abeja de miel, científicos norteamericanos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) están buscando nuevas maneras para manejar la productividad de estos insectos cuyo nombre cientíco es Apis mellifera.
La polinización por la abeja de miel de más de 90 tipos de cosechas florecientes cada año resulta en mejoramientos en los rendimientos y la calidad que son valorados en más de 14 mil millones de dólares sólo en Estados Unidos, sin incluir la miel, el subproducto de la polinización.
Este mes un grupo encabezado por científicos en el Colegio Baylor de Medicina en Houston anunciaron la terminación del primer borrador del genoma de la abeja de miel, el cual es un décimo de la longitud del genoma humano.
Jay Evans y Katherine Aronstein, científicos del ARS que son miembros del grupo, ahora están usando información de este adelanto para identificar genes del sistema de inmunidad que ayudan a proteger la salud de las abejas de miel.
Actualmente, plagas de insectos, parásitos y enfermedades de las abejas de miel causan aproximadamente 5 millones de dólares anualmente en pérdidas en la polinización de cosechas.
Evans, un entomólogo en el Laboratorio de Investigación de las Abejas mantenido por ARS en Beltsville, Maryland, y Aronstein, una bióloga molecular en la Unidad de Investigación de las Abejas de Miel mantenida por ARS en Weslaco, Texas, califican los genes involucrados en resistencia potencial contra la bacteria Paenibacillus larvae, causante de una enfermedad en la larva del insecto.
Una posible solución tentadora es abaecin, una proteína pequeña que podría ser parte de la respuesta de resistencia a la infección loque en algunas abejas.
El mapa del genoma de la abeja también hará posible la identificación de marcadores genéticos para acelerar la crianza de abejas y mejorar su supervivencia durante el invierno; afinar las interacciones entre el huésped y el patógeno para controlar los organismos que causan enfermedades y realizar estudios basados en el genoma para afinar la nutrición y polinización de la abeja.
Por ejemplo, la localización de los genes olfatorios de la abeja de miel, hay posibilidad de que los investigadores puedan mejorar la dieta del insecto con suplementos o mejorar su habilidad de buscar néctar por más tiempo.

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